viernes, 20 de enero de 2017

BIOGRAFÍA 2



SIEMPRE ÚNICO



 Sus habilidades como ingeniero e inventor eran muy superiores a su calidad como pintor.



No fué un estudiante común. No sólo destacó por la calidad de sus trabajos, sino por la rareza de su comportamiento. Sus ropas y perfumes llamaban la atención. Y en el aula, su actitud no era tampoco convencional. Aunque ha pasado a la historia como uno de los mejores pintores, su auténtica pasión era el dibujo. De hecho, existen catalogados más de 10.000 dibujos y bocetos que, son sólo una parte de los que llegó a realizar. 

En 1482, Leonardo envió al duque de Milán, Ludovico Sforza una carta, para prestarle sus servicios. Con esta carta podemos conocer mejor su mentalidad, además de las grandes dosis de osadía y la gran autoestima en que se tiene.


Habiendo visto, Ilustrísimo señor, y considerando a suficiencia las pruebas presentadas por todos aquellos que se reputan por maestros y componedores de ingenios bélicos; y que las invenciones y operación de dichos ingenios no difieren en nada de las del común uso, me esforzaré, sin perjuicio de otros, en hacerme entender de V. Excelencia, descubriéndole mis secretos y ofreciéndole, como y cuando mejor le plazca, llevar a efecto todas aquellas cosas de las que aquí abajo brevemente se dará noticia: Tengo tipos de puentes ligerísimos y fuertes —facilísimos de transportar— con los que perseguir, y en algún caso huir de los enemigos; y otros que son seguros e indestructibles en el fuego o la batalla, fáciles y cómodos de quitar y de poner. Y tengo procedimientos para prender fuego y destruir los del enemigo. Sé, en caso de asedio, vaciar  el agua de los fosos, y hacer infinidad de puentes, pasadizos y escalas y otros artilugios pertinentes a tal empresa. Si por la altura de las márgenes, o por la fortaleza de la plaza y de su emplazamiento, no se pudiese en el asedio utilizar el concurso de cañones, tengo modo de derruir cualquier torre, así estuviesen sus fundamentos en la roca. Tengo, además, tipos de morteros muy convenientes y fáciles de transportar, con los que lanzar lluvia de piedras menudas como pedrisco en tormenta; el humo infundirá grande espanto en el enemigo, con grave daño y confusión para él. Y en caso de hallarse en el mar, tengo máquinas eficacísimas para atacar y defender; y navíos que resistirán al tiro de las más gruesas bombardas, pólvora y humos. Haré carros cubiertos, seguros e inatacables, los cuales cuando avancen por entre el enemigo con su artillería, no habrá muchedumbre de gente de armas, por grande que sea, en que no abran brecha. Y tras ellos podrán avanzar las tropas de a pie, a salvo y sin impedimento. De presentarse la necesidad, haré cañones, morteros y pasavolantes de bellísimas y útiles formas, fuera de lo común. Donde fallen los cañones, compondré brígolas, maganeles y trabucos y otros ingenios de maravillosa eficacia y fuera de los que se usa y, en suma, según los casos compondré los más varios e infinitos artificios de ataque y defensa. En tiempo de paz, puedo desempeñar a satisfacción, tan bien como cualquier otro, el menester de arquitecto, en edificios públicos y privados, y en llevar las aguas de un lugar a otro. También puedo realizar esculturas en mármol, bronce o barro, así como pinturas, en parangón con cualquier otro, sea quien sea. Y se podrá trabajar de nuevo en el caballo de bronce, para gloria inmortal y honor eterno del Príncipe, vuestro padre de feliz memoria. Y si alguna de las cosas que arriba se dicen le pareciesen a alguno imposibles e infactibles, me hallaréis muy dispuesto a hacer el experimento en vuestro parque o en cualquier lugar que plazca a V. Excelencia, a la que humilde y encarecidamente me recomiendo.

 Extraído de la Biografía Ilustrada de Leonardo Da Vinci. Richard Friedenthal, 1961. 


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