Apasionado, moderno, provocador, pionero, curioso, trabajador, alegre…
Es
muy probable que no sea más sabio el que posee las mejores respuestas, sino el
que se hace las mejores preguntas.
A pesar de que sus ideas no tuvieran gran
influencia en el desarrollo de las ciencias. Quizás porque se adelantó
demasiado a su tiempo, o porque buena parte de sus manuscritos estuvo oculta al
mundo durante 250 años, o quizás porque su mente era tan hiperactiva que apenas tenía
tiempo de adaptarse a tantas opciones que le ofrecía la naturaleza.
Lo cierto es que Leonardo se preguntó prácticamente de todo, ideó tantas teorías como acontecimientos misteriosos encontraba en su vida cotidiana, estudio e investigo en una increíble variedad de disciplinas científicas, algunas antes de que existieran.
Lo cierto es que Leonardo se preguntó prácticamente de todo, ideó tantas teorías como acontecimientos misteriosos encontraba en su vida cotidiana, estudio e investigo en una increíble variedad de disciplinas científicas, algunas antes de que existieran.
Leonardo
no desarrollo ninguna nueva teoría, ningún invento trascendental, ningún descubrimiento
que modificase esencialmente el conocimiento de las leyes que regulan la
naturaleza. Su genialidad consistió en haberse convertido en el mejor ejemplo
del Renacimiento. Fue un científico en el más puro sentido de la palabra,
utilizó el método de observar y experimentar.
«el
ojo abarca toda la belleza del mundo
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